martes, 29 de julio de 2014

La fuerza del espejo

Por: H:. Alcalá


Así es, un espejo es tan poderoso y tan inofensivo como cada uno de
nosotros sea capaz de ver la realidad o ver solo lo que queremos ver,
en ambos casos se corre el riesgo del error, pero ¿Cómo corregirlo?
Muchas veces he planteado la necesidad de vernos al espejo para
constatar que sí puedo aceptarme como soy en realidad, pero y si yo
mismo me engaño y veo lo que quiero ver sin importar la razón o el
resultados que dicho espejo me entregue.
Eso es lo que la masonería espera de sus masones, que sean capaces de
resistir el verse tal como son y no como creen que sean.
Pero, ¿cómo hacer para que ese objetivo realmente se cumpla?, pues,
para eso es el sistema de esta escuela, esa es la función de tanta
simbología que contiene cada templo masónico.
Algunos candidatos llegan a la masonería después de haber leído una
buena cantidad de libros sobre masonería y cuando se les interroga
sobre asuntos más sencillos, sienten que están perdiendo el tiempo y
se retiran sin motivo alguno.
Eso es lo que pasa cuando se les coloca frente a un espejo, como
sienten que ya saben demasiado, su impaciencia impide el verdadero
análisis de cada concepto que se expone en las tenidas regulares, como
si estuviera en una escuela dogmática.
La masonería está tan bien estructurada que no admite cambio alguno
por simple que parezca, el objetivo es muy concreto, se busca que el
masón primero sea capaz de verse en ese espejo y acepte su realidad,
cualquiera que esta sea.
Quizás se creía el padre más amoroso y perfecto con sus hijos, pero
resulta que sus hijos eluden cualquier reunión familiar y el masón no
se ha dado cuenta que realmente le huyen, no desean estar con el.
El espejo va a servir para eso exactamente, para verificar esa
realidad, o esa mentira en su caso, y en ambos casos no siempre
estamos preparados para sorpresas de ese tipo, entonces, habremos de
trabajar en ese asunto que no viene escrito en ningún libro.
La masonería es de vivencia, no de aptitud ni de actitud, la masonería
nos exige que la entendamos no que la memoricemos, la masonería quiere
hombres libres de todo prejuicio, no corderos sumisos y obedientes que
no analizan.
Entonces, la masonería quiere hombres libres y de buenas costumbres,
que de entrada sean capaces de verse en el espejo y descubrir su
verdadera identidad, sin engaños y sin falsas posturas, la falacia es
el peor de los males que aquejan al ser humano.
Por eso es que pedimos que con toda la fuerza de que sean capaces, se
ostenten como hombres libres y de buenas costumbres.


Vicente Alcoseri
La fuerza del espejo
Por: H:. Alcalá
Así es, un espejo es tan poderoso y tan inofensivo como cada uno de
nosotros sea capaz de ver la realidad o ver solo lo que queremos ver,
en ambos casos se corre el riesgo del error, pero ¿Cómo corregirlo?
Muchas veces he planteado la necesidad de vernos al espejo para
constatar que sí puedo aceptarme como soy en realidad, pero y si yo
mismo me engaño y veo lo que quiero ver sin importar la razón o el
resultados que dicho espejo me entregue.
Eso es lo que la masonería espera de sus masones, que sean capaces de
resistir el verse tal como son y no como creen que sean.
Pero, ¿como hacer para que ese objetivo realmente se cumpla?, pues,
para eso es el sistema de esta escuela, esa es la función de tanta
simbología que contiene cada templo masónico.
Algunos candidatos llegan a la masonería después de haber leído una
buena cantidad de libros sobre masonería y cuando se les interroga
sobre asuntos más sencillos, sienten que están perdiendo el tiempo y
se retiran sin motivo alguno.
Eso es lo que pasa cuando se les coloca frente a un espejo, como
sienten que ya saben demasiado, su impaciencia impide el verdadero
análisis de cada concepto que se expone en las tenidas regulares, como
si estuviera en una escuela dogmática.
La masonería está tan bien estructurada que no admite cambio alguno
por simple que parezca, el objetivo es muy concreto, se busca que el
masón primero sea capaz de verse en ese espejo y acepte su realidad,
cualquiera que esta sea.
Quizás se creía el padre más amoroso y perfecto con sus hijos, pero
resulta que sus hijos eluden cualquier reunión familiar y el masón no
se ha dado cuenta que realmente le huyen, no desean estar con el.
El espejo va a servir para eso exactamente, para verificar esa
realidad, o esa mentira en su caso, y en ambos casos no siempre
estamos preparados para sorpresas de ese tipo, entonces, habremos de
trabajar en ese asunto que no viene escrito en ningún libro.
La masonería es de vivencia, no de aptitud ni de actitud, la masonería
nos exige que la entendamos no que la memoricemos, la masonería quiere
hombres libres de todo prejuicio, no corderos sumisos y obedientes que
no analizan.
Entonces, la masonería quiere hombres libres y de buenas costumbres,
que de entrada sean capaces de verse en el espejo y descubrir su
verdadera identidad, sin engaños y sin falsas posturas, la falacia es
el peor de los males que aquejan al ser humano.
Por eso es que pedimos que con toda la fuerza de que sean capaces, se
ostenten como hombres libres y de buenas costumbres

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